Atención. Tengo que poner atención a estas palabras de Jesús que me regalan toda la libertad de la que necesite para pedir y pedir. Buscar y llamar a la puerta de un Dios que me ama hasta las últimas consecuencias.
Hoy, Jesús actualiza la Ley enseñándome sobre todo que la vergüenza se tiene para lo malo, ¡pero no para lo bueno! Me anima a pedir, buscar y llamar al Padre. Así se me dará, lo encontraré y me responderá. Gracias, Señor, por ese Amor infinito que me salvó de la muerte.