Gracias, Señor, porque hoy nos has enseñado a rezar. A orar. ¡Es tan importante para un hijo saberse querido y vivir en comunicación con su padre! Gracias, Jesús, porque hoy me has dejado claro que soy, contigo, hijo de Dios. Y somos hermanos. Todos somos hermanos, y hemos de perdonarnos para que el Padre se apiade de nosotros.
Dice Santa Teresa de Jesús que orar es «tratar de amistad tratando muchas veces a solas con quien sabemos nos ama».
Gracias, porque sin Ti no soy nada. Qué importante es, como decía el Papa Francisco, la buena Oración, para vencer en el combate espiritual que se libra durante la Cuaresma, en el desierto.