Marcos nos narra una de las consignas más importantes de entre todas las que Jesús nos regala durante el trascurso de su vida pública. Estamos llamados a la sencillez. ¿Por qué nos comparamos? ¿Qué conseguimos dándole vueltas a la pregunta sobre quién es o deja de ser el más importante?
Hoy, nos acogemos a la acción de la Virgen, para que Nuestra Madre nos lleve, como si fuéramos niños, a los brazos del Padre, y nos una a Él para siempre.