Hoy es un día grande. Jesús, que es Dios, me llama. Me anima a ser «pescador de hombres». ¿Me atrevo a dejar mi barca y seguirle? A veces, esa barca lleva muchos nombres: hombres, mujeres, dinero, poder, status, vanidad… En mis manos y en la Gracia está la posibilidad de amar a Dios por encima de todas las cosas.