Todos estamos siendo testigos de los tiempos turbulentos que están golpeando a la Iglesia, y seguro que muchos se han preguntado por qué ser fiel a la Iglesia, por qué seguir dentro de ella.
En la República P. Astudillo, SJ, ha escrito un artículo invitándonos a una reflexión profunda y no simplista de esta cuestión.
«Tengo la sensación de que, lamentablemente, el planteamiento de la pregunta pocas veces trae consigo una reflexión seria al respecto; muchas veces priman el prejuicio, la desinformación o la simplicidad. Sin embargo, creo que cuando nos sumergimos en todos los matices de nuestra relación con la Iglesia el resultado siempre es liberador, y desemboca con mucha frecuencia en un redescubrimiento de nuestra condición de católicos».
«En este sentido, para muchos de nosotros resulta iluminador caer en la cuenta de que nuestra pertenencia a la Iglesia es en muchos aspectos un acto que depende de nuestra voluntad –por ejemplo cuando decidimos ir a misa o contribuir con una obra social– pero que sobre todo es un regalo de Dios que, quien ha nacido en esta gran comunidad, no hace sino acoger, como acogemos el regalo de nuestras familias. Somos fieles a la Iglesia, pues, porque así lo queremos, pero fundamentalmente porque, por algo que solo el misterio del amor puede explicar, nos sentimos llamados por Dios a serlo».
Te invito a que leas la reflexión completa en este enlace de La República.