Con la fiesta de Cristo Rey el Papa Pio XI quería recordar una tradición ya vivida desde el comienzo de la vida de la Iglesia y que aparece en la Sagrada Escritura y es que Cristo es Rey y que Cristo reina, no sólo al final de los tiempos cuando dicta sentencia, sino como centro de toda la historia universal; que Jesús es el alfa y el omega, el principio y el fin; que Cristo reina en todas las personas con un mensaje de amor, justicia y servicio; que El Reino de Cristo es un reino eterno y universal, es decir, para siempre y para todos los hombres.
Pero nos recuerda, en el comienzo de la encíclica con la que el Papa crea esta fiesta, que en la tierra hay un cumulo de males que han invadido nuestro mundo y entre ellos se encuentra que la mayoría de los hombres se han alejado de Dios, como también parece que se ha alejado de Dios la institución de la familia y el gobierno de los países.
¿Por qué? La razón es muy sencilla, el enemigo ha sembrado la cizaña en nuestros corazones.