«Me amó y se entrego por mí». Si quieres descubrir el Amor a Dios y empezar a ver discernir tu vocación, esta entrevista te ayudará.
Entrevistamos a un amigo muy querido por Jóvenes Católicos, al padre Antonio Pavía, sacerdote comboniano, a raíz de sus catequesis vocacionales «Los discípulos de Jesús y el Evangelio», que tanto éxito y espectación están generando en muchas diocesis.
¿De qué tratan estas catequesis?
En primer lugar os doy las gracias a los que hacéis Jóvenes Católicos. Yo veo por referencias que se lee esta página cada vez más, en toda parte, hay referencias en muchos sitios.
De qué van, pues es un servicio a la Iglesia y a los jóvenes. Es presentar el sacerdocio como plenitud de vida, no como alguien que se entrega a Jesucristo sino al contrario, alguien que descubre que Jesucristo se ha entregado a ÉL, está dando la vida con mayusculas, esta dando palabras de vida y espíritu como dice Jesús en su evangelio, “mis palabras son espíritu y vida”; y aunque nadie se lo crea nos da paso a colaborar con Él para dar la vida eterna a los demás como decía san Pablo, damos la vida eterna cada vez que predicamos el Evangelio a los demás. No es una carga sino una belleza
¿Qué han significado para su sacerdocio estas catequesis?
Es cierto que Dios me ha concedido la gracia, porque es gracia suya, de que haya publicado libros de espiritualidad del evangelio, pero el libro que Dios más me ha regalado para poder escribir es este “Pastores según mi corazón”. He visto una gran fuerza, he sentido el amor de Dios, y como me decía pon esto y pon lo otro, y cómo Él me habla al corazón, y uno escribe de lo que Dios siembra en su corazón. Y lo más bello es que nos lo ha regalado para todo el mundo, seamos salesianos, combonianos, del camino neocatecumenal… todos queremos palabras de vida eterna y Jesús nos alimenta con ellas.
¿Cómo diría que es el corazón de Jesús?
Vaya pregunta que me haces, es hablar del misterio de Dios, lo intentaré. El título fue profetizado por Dios a Jeremías en un momento en el que había una crisis de identidad, falsedad, de mentiras… , y de hecho yo suscitare “pastores según mi corazón” se refiere a su propio hijo, Jesucristo. Y es que en su corazón, cabemos todos ¿te parece poco? Y la prueba es que cantidad enormes de hombres y mujeres a lo largo historia, de los que decían que no valían ya para nada, están ya está para el arroyo, Jesucristo los ha cogido y ha hecho grandes santos, y grandísimos sacerdotes. No hablo del pasado, sin del presente. Hoy están surgiendo sacerdotes con una gran categoría divina, no humana, que aman la liturgia, el sacerdocio, que aman a sus ovejas. Y es que el Señor nos acompaña, nos protege, nos acaricia de forma personal.
¿Qué le diría a un joven que se está planteado su vocación?
Digo lo que dije antes, no piensen tanto eso de que se entregan a Dios, que también es cierto, pero hay que ver la otra cara de la moneda, que es Dios quien se entrega a ellos. Fijaos el impacto de San Pablo, cuando Jesús le recogió del arroyo, de una soberbia infinita… qué impacto tendría al decir en la carta a los Gálatas, “me amó y se entregó por mi”. No cabía en la cabeza de él. A partir de ahÍ que él se entregara a Jesús no es nada, comparado con lo que él sintió.
El día que cualquier hombre entienda esto, es que su corazón se rinde a Dios… ¿Señor te has entregado por mi? Pues venga, quiero disfrutar, quiero disfrutar de que te has entregado por mi.
¿Cómo están siendo acogidas estas catequesis en las parroquias?
Muy bien, primero, evidentemente los sacerdotes,cuando oigan una o dos van a ver que es una bendición para su parroquia. Yo soy instrumento y podría haber sido otro que lo hubiera hecho mejor. Son un tesoro de Dios para alimentar vocaciones en sus grupos jóvenes, parroquias… y hablando del sínodo, se habla de que mal esta la iglesia, los curas, esto, lo otro… Es verdad, pero es que si nos limitamos a quejarnos… Se trata de no quejarse, sino no hacemos nada. Abramos la puerta a Dios, y veremos la Iglesia con una misión, una luz y alegría que dar al mundo. La Iglesia tiene mucho que dar a la humanidad, y la humanidad lo pide a gritos. Estas catequesis simplemente son un granito de arena.
Si volviera a nacer seria sacerdote mil veces. Dios me da el agua viva que es su Evangelio todos los días, cada día, cuando entro en oración, y todo el día, y en la misa, y cuando predico, no tiene precio… hacerse parte de lo de san Pablo: “me amó y se entregó por mi”.
¿Cómo surgieron estas catequesis?
Me las fue dando unas detrás de otras. Yo le pedí al Señor que me gustaría escribir algo para hablar en su nombre, que es de una belleza infinita, y me vino una catequesis a la mente, salieron una, dos… y como soy atrevido le dije al Señor “si me das 20 las llevamos a publicar”, y me dio 40. Y así fue como nació. Son audios de 13 minutos cada uno.
Están teniendo una gran acogida en los seminarios ¿qué nos puede comentar al respecto?
Digamos que cuando salio el libro, cuyo prologo lo hizo el secretario de la CEE para el aspecto vocacional, tuvo muy buena aceptación. Nos han escrito obispos sobre todo de Latinoamérica, y superiores generales de grandes congregaciones religiosas. De hecho esta traducido al alemán, francés, ingles, portugués, y el italiano que estamos en ello.
Un mensaje final para el lector de la entrevista
Muy breve pero el que se lo crea va a salir ganando. Decían los santos padres: “Dios creó al hombre para amar y ser amado”, en Jesucristo está todo esto, y en su Evangelio que son inseparables. Descubramos todos lo que significa primero ser amado por Dios, y desde esa fuente, el amar a los demás. No hay mayor amor, que dar el evangelio, la vida de Dios, a los hermanos
Introducción a las catequesis:
Iniciamos hoy para los lectores de nuestra web unas catequesis audibles entresacadas del Evangelio con el deseo de que puedan descubrir y valorar lo que Jesús define como el amor más profundo y sublime que una persona puede vivir hacia Él, tal y como se lo hizo saber a Pedro al decirle: “¿Me amas? ¡Apacienta mis ovejas!” (Jn 21,15…).
A lo largo de estas audiciones –de unos diez minutos de duración- veremos cómo el Señor se asoma a nuestra vida con el deseo de conducirnos por un camino plagado de asombro y sorpresas. Experimentaremos el estremecimiento de sentirnos amorosamente sacudidos por este o aquel pasaje evangélico que nos descolocará de nuestra prudencia humana al revolver este nuestro armario interior, en el que, desde una óptica sesgada y calculadora, cada cosa tiene su lugar fijo. Al entrar el Evangelio en él, nos quedamos expectantes, y permitimos al Hijo de Dios que ponga “su orden” en nuestro orden.
Se abre entonces la caja de las sorpresas para los que dejan el campo libre al Señor. Cada compartimento del armario con su proyecto ya definido, que le permitimos remover, da paso a la expectación; es la expectación que nace del riesgo que supone creer que el Hijo de Dios salga garante de lo que quiera cambiar, sabiendo -y en esto consiste la fe- que será para nuestro bien. Las sorpresas se suceden una tras otra; a cada riesgo que aceptamos, Jesús corresponde demostrándonos con hechos que nuestra apuesta por Él fue un acierto. Entramos así en una espiral de asombros inauditos propios del ámbito de Jesús, ámbito que no es el de este mundo tan atado a seguridades no exentas de inestabilidad. Los discípulos de Jesús, al confiar en Él –repito- como garante de nuestras elecciones, vivimos un “subidón” ininterrumpido al constatar por nosotros mismos su poderoso y amoroso hacer en nuestras vidas.
Concluyo diciéndoos que estos textos alcanzan a todos aquellos que están en camino, o desean estarlo, para llegar a ser discípulos de Jesús. Son muy apropiados también para todos aquellos que puedan sentir la llamada al sacerdocio, o simplemente que no la excluyan. Sea como sea, el Discipulado lleva consigo llenar el mundo de la Luz del Hijo de Dios (Mt 5,14…). Estos textos, centrados en la espiritualidad del Evangelio, pueden ser escuchados individualmente o en grupo, bien sea parroquial, de confirmación, movimientos, etc.