El Papa Francisco, con sus 81 años, sufre percances como cualquier persona y más a su edad con los problemas de movilidad que arrastra desde hace tiempo.
Hemos sabido por Aciprensa que el pasado día 9 de octubre, a su salida del aula Pablo VI donde asistió a los trabajos del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes, tuvo un tropezón y se cayó al suelo sin grandes consecuencias, gracias a Dios.
No es la primera vez que se cae, normalmente sin consecuencias, debe de tener un ángel de la guarda fabuloso que lo cuida mucho.
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