En estos momentos se comprende el ser madre como algo independiente de la vida de la mujer. Sin ninguna duda, el concepto de maternidad ha dado un vuelco en los últimos años. Con el Sínodo, el Papa Francisco quiere hablar acerca de la vocación y la llamada de los jóvenes, entre otras cosas, a esta llamada de ser madre propia de toda mujer.
¿Existe algún tipo de relación entre ser madre y ser mujer? Lo cierto es que muchos aspectos antropológicos y biológicos demuestran que sí que existe esta relación si se produce lo que llama el Papa San Juan Pablo II El don sincero de sí: La maternidad, ya desde el comienzo mismo, implica una apertura especial hacia la nueva persona; y éste es precisamente el «papel» de la mujer. En dicha apertura, esto es, en el concebir y dar a luz el hijo, la mujer «se realiza en plenitud a través del don sincero de sí».
Si lo piensas bien, las mujeres tienen un don especial para combatir el sufrimiento y una sensibilidad diferente a la de los hombres en muchas ocasiones. No existe dolor tan grande comparable al dolor de la Virgen María a los pies de la cruz. Estos signos son propios de la maternidad, tanto carnal como espiritual que se desarrollan más intensamente durante ella. La aceptación y entrega a esta maternidad que toda mujer lleva dentro, produce una profunda transformación en todo su ser ya que engendra a su hijo dentro de ella y estos dones anteriores se prolongan.
De esta manera, podemos llegar a la conclusión de que la maternidad es una manifestación de la vocación a la que todos estamos llamados que es el Amor. Este Amor comprendido como donación (El don sincero de sí) permite que esta maternidad se lleve a cabo y se llegue a la plenitud en la vocación de ella.
Si analizamos la situación, podemos detectar que el papel de la mujer y la maternidad ha quedado distorsionado al no querer entregarse y donarse al otro. Por ello, urge mujeres que muestren el verdadero sentido y vocación de la mujer y de la maternidad al mundo.