«¡No te dejes cerrar la boca!» Estas han sido unas de las palabras más directas del Papa Francisco en un vídeo dirigido a todos los jóvenes. El Sínodo de los Jóvenes cada vez está más cerca y los trabajos preparativos cada vez son más frecuentes. El Papa busca la forma más directa de estar en contacto con nosotros y para eso ha grabado este vídeo.
Así el Santo Padre nos ha alentado a no tener miedo de cometer errores y a aprender de ellos. Nos ha invitado invitado a recordar a aquellas personas que intentan cerrarnos la boca que la Iglesia y el mundo nos necesitan para rejuvenecerse a sí mismos. Y para todo esto, ha puesto el ejemplo de una mujer santa, nada más ni nada menos que a la Virgen María.
La reflexión que nos podríamos hacer es: ¿Por qué ella concretamente si fue una mujer concebida sin pecado? Realmente no tenemos mucho en común… Pero lo cierto es que sí. María, al igual que tu y yo, era una joven con unos planes distintos a los que tenía Dios pensados. Y no es que fuera una mujer con muchos méritos: no era la hija de un poderoso rey, no había logrado grandes azañas… Era una joven sencilla. Cuando el Ángel se apareció ella no dio grandes palabras ni ofreció grandes acciones sino que manifestó el deseo de que se cumpliera en ella ese proyecto de vida.
Ese deseo es el mismo que tenemos todos. El deseo de aspirar a cosas grandes. A veces no queremos fiarnos mucho de los planes de Dios por si nuestra vida cambia mucho pero lo cierto es que dentro de nosotros existe un deseo de tener una vida plena. Y aquí está el mayor de los consuelos: ES POSIBLE VIVIRLA. Al igual que la Virgen lo hizo. No hay que tener miedo ninguno. Si somos Hijos de Dios ¿No es acaso Él el único capaz de satisfacer nuestras necesidades? La clave está en hacer como la Virgen María hizo: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra». Para reflexionar durante la semana, te lanzamos estas preguntas:
- ¿Tienes el deseo de vivir esta vida plena?
- ¿Estás dispuesto a ponerte en manos de Dios y aceptar sus planes?