La Iglesia siempre ha ido unida a la palabra “madre” porque desde siempre se nos ha dicho que la Iglesia es Madre, Maestra y nos acoge. Sin ir más lejos, el Catecismo de la Iglesia Católica posee un artículo titulado: “La Iglesia, madre y educadora”.
Si nos paramos a analizar la palabra, vemos que la Iglesia es la prolongación de la maternidad de la Virgen María, por ello decimos que es nuestra madre. Jesús, en la Cruz, ya nos deja esta herencia: «Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, he ahí a tu hijo». Luego dice al discípulo: «He ahí a tu madre» (Jn 19, 26-27).
Sin embargo, según algunos datos que se han publicado después de las reuniones pre-sinodales con la participación de los jóvenes, la realidad es que los jóvenes están cada vez más lejos de la Iglesia por motivos varios; algunos dicen que es por la falta de concreción en algunos asuntos, por la ausencia de participación en la celebración de la liturgia, otros dicen que por la falta de diálogo… Realmente los motivos pueden ser muy variados, pero nos importa el hecho de que cada vez más jóvenes se alejan de la Iglesia o muchos de ellos no conocen el verdadero sentido de ésta.
Ahora la pregunta que nos puede surgir es ¿Qué podemos hacer con este problema? Nosotros tenemos un papel muy importante en este asunto, pero también es cierto que si nosotros no conocemos realmente qué es la Iglesia y no hemos experimentado su maternidad, es imposible ayudar al otro.
El Papa Francisco ha hablado en numerosas ocasiones sobre la Iglesia y la ha calificado como “Una madre que nos da vida en Cristo y que nos hace vivir con los demás hermanos en la comunión del Espíritu Santo”.
Ahora te lanzamos unas pregunta para que reflexiones durante esta semana y te prepares para el próximo artículo sobre el Sínodo que va muy ligado a tus respuestas:
- ¿Qué es para ti la Iglesia?
- ¿Qué esperas de ella?