El amor, como le dije a un amigo, es compromiso y cuando falta el compromiso el amor se puede convertir en capricho, ya que el verdadero amor dice: me comprometo a quererte.
Es lo que ha hecho Dios contigo y conmigo. Él se ha comprometido y tal ha sido su compromiso que ha entregado a su propio Hijo por cada uno de nosotros. Dios, en nuestro recorrido histórico, no nos abandona sino que sigue nuestros pasos con esperanza, ilusión y compromiso. Jesús, aunque tú no quieras, no deja de quererte. Y eso, sí que es compromiso.
Autor: D. Fernando Gallego (sacerdote)