Nunca he hecho el Camino de Santiago, pero sueño con poder hacerlo algún día. No sólo porque muchos de mis amigos insisten en que es una auténtica aventura, ni porque la panorámica natural con la que vives durante el tiempo que lo haces es espectacular, sino porque el Camino te cambia la vida. En tu Erasmus seguro que no llevarás todas tus pertenencias a tus espaldas, ni tampoco creo que te salgan ampollas por caminar casi 40 kilómetros al día, y dudo que duermas cada noche en un alberge u hostal diferente. Pero, es una aventura que te cambia la vida, ¿No crees? El hecho de independizarte, buscarte la vida, hacer nuevos amigos, acomodarte a tu nuevo hogar o entender el idioma son maneras por las que la experiencia Erasmus provoca un proceso de transformación del que raramente vas a ser consciente hasta que termines tu estancia. Pero, ¿Y si invitásemos a Jesús a compartir nuestra experiencia en el extranjero?
Esta fue la llamada que lanzamos hace muy poco desde Jóvenes Católicos: hacer saber a todos los que quieren compartir la intensidad del Erasmus con Jesús que no están solos. Y así ha quedado demostrado con la inmensa cantidad de correos, testimonios y propuestas que nos han ido llegando a lo largo de las últimas semanas ¡Qué grande es ver que nuestra locura por querer seguir a Cristo tiene en cualquier lugar del mundo tantas manos con las que caminar hacia adelante! Por eso, sólo nos queda decir a todo aquel que ha colaborado aportándonos datos e información sobre parroquias, grupos de jóvenes, horarios de Misa y Confesión, a todo aquel que se entusiasmado con nuestro proyecto y a todo el que ha rezado por esta intención tan apasionante… ¡Gracias! Gracias por haberos ilusionado con este peculiar reto de vivir una experiencia Erasmus plena. Nuestra intención desde el primer momento ha sido buscar a los protagonistas de esta historia y trazar un proyecto que pudiera ayudar a saber que Jesús te sigue allá donde vayas… ¡Y así ha sido! Porque os hemos encontrado con las ganas y el entusiasmo que hace falta para cambiar nuestro mundo y hacer de nuestra vida diaria un foco de felicidad para los que nos rodean.
Pero esto ha sido sólo el principio. Atrás queda la puerta de embarque, pero todavía hay mucho por recorrer. Os necesitamos para seguir creciendo y facilitando a quien lo necesite los medios para vivir su fe de la mejor manera posible. Esto no es un proyecto de Jóvenes Católicos, sino que es de todos los que creen que las dificultades son la excusa para enfrentarse al mundo y buscar soluciones. Así que, queremos que nos sigan llegando testimonios e información de todo tipo que nos permita seguir construyendo un sueño que tiene como único objetivo que tú seas el protagonista de tu historia. Porque, estés donde estés y vivas en las condiciones que vivas, Él nunca te va a abandonar ¿Te animas a hacer tú lo mismo por Él?