Dámaso Ruiz, sacerdote de Barcelona, tras los atentados del pasado 17 de agosto en Barcelona y Cambrils, quiso hacerse presente en las Ramblas para consolar, confesar, bendecir y ayudar a todo el que lo necesitase. Él mismo ha relatado su experiencia en su perfil de Facebook:
Tras el atentado del día 17 necesitaba hacer algo. Como sacerdote vi que era un momento que llamaba a reflexión. El 23 me dirigí a las Ramblas. Entré en una óptica donde 2 empleados socorrieron a numerosas víctimas. Encontré a uno y le felicité. Pese a lo visto “volvería a hacerlo”. Le bendije.
ORACIÓN Y CONSUELO
En Canaletas recé ante las velas el Padrenuestro. Muchos lo siguieron y se escuchaban lágrimas. Algunos me dieron las gracias. Esta escena se repitió en diversos memoriales instalados. Un urbano me pidió bendición para él y sus compañeros. Luego me informaron de que intentó salvar a Xavier, el niño de 3 años. Al pasar por el lugar donde falleció recé en silencio ante su foto.
CAMBIO DE VIDA
Encuentro una silla vacía y me siento con la estola. Un joven me pide que bendiga el lugar “para que no vuelva el mal”. Así lo hago. Le invito a confesarse. En la absolución le cambia la cara y asegura que cambiará de camino. Le doy un rosario entregado por una voluntaria en rehabilitación de indigentes conocida cuando ponía su vela.
Paseo con una persona sin recursos. Renuncia a un negocio de drogas que le proponían, recordando a su abuela: “trafican con la muerte”. Me siento al final del recorrido mortal, en Liceo. Una señora inglesa luterana me abraza emocionada, a lo que respondo: “God bless you”. (Dios te bendiga).
COMBATIR EDUCANDO
Vuelvo a Canaletas. Un grupo de profesoras me confía su propósito de esforzarse en la educación y una lo escribe en el suelo: “Como maestra seguiré luchando” por “una sociedad donde el amor triunfe”.
Rezo el último responso. Han sido 2 horas de la noche de las que regreso lleno, con la experiencia de que Dios actúa en medio del dolor.