Cuando tienes una audiencia, una entrevista de trabajo o tienes un acto con el Rey, no se te pasa por la cabeza ir en zapatillas de deporte, despeinada o simplemente ir en pijama o con un bañador y chanclas. Todo lo haces por el respeto a quien vas a ver… y en nuestro caso, cuando entras en la Iglesia vas a visitar al Rey de reyes, a Dios, y no merece ser recibido de esta forma.
Cada uno sabe perfectamente como debe ir a misa, con decoro y respeto. Y es que esto no es una manía de los católicos, sino algo normal en todas las religiones. En todos los templos se ponen unas indicaciones para los turistas que entran a verlos… Lo realmente hermoso y que quiero que sientas al ver este post, es que Cristo conoce tu interior, lo conoce mejor que tú mismo. Y cuidando la parte interna, tu predisposición para ir a misa, esto tiene que tener también un reflejo en el exterior que se traduce en el respeto y decoro.
En mi experiencia personal, y pongo un ejemplo para dejarlo más claro… he visto a chicas ir en bikini -lo cual me parece una falta de respeto enorme a Dios, al sacerdote y a toda la comunidad-, y a dos chicos en la playa ir a misa sin camiseta. Puede que no lleguemos a estos extremos, pero si es posible que los hayamos presenciado alguna vez. Aunque Cristo se fija en el interior, no olvidemos que el exterior es reflejo de lo interior. Como el chico que esta enamorado de la chica a full, y con ver como la mira se nota, y como se arregla cuando va a estar con ella… pues igual tiene que sucedernos a nosotros, que para ir a misa pensemos lo enamorados que estamos de quien vamos a recibir y sepamos ir listos para la ocasión por dentro y por fuera.
Una de las influencias más grandes de la moda en el mundo, Coco Channel, decía:
«No es la apariencia, es la esencia. No es el dinero, es la educación. No es la ropa, es la clase», porque «La belleza debería comenzar en el alma y el corazón, de otra manera, los cosméticos son inútiles”. Apliquémoslo en la vida, comenzar todo en el alma para que así pueda reflejarse en el exterior.