Desde tiempos inmemoriales, en la prestigiosa historia de las fuerzas armadas, se conjuga la oración con la dureza del terreno. Los Capellanes de las tropas diseñaron, para poder conciliar estos dos elementos, los Rosarios de las Fuerzas Armadas.
Al principio lo hicieron con los medios que tenían a mano, las cuerdas de los paracaídas, las medallas de aparición de la virgen, los crucifijos de metal no reflectante (para pasar desapercibidos en misión).
Hasta que, inspirado por el comportamiento de estos capellanes, el dúo formado por un Comando Marine, veterano de las Fuerzas Especiales Francesas, y su hermana, una religiosa, dio los retoques finales al Rosario de las Fuerzas Armadas. Un rosario que pueden llevar nuestros soldados discretamente hasta el final de su misión.
Os tenemos en nuestras oraciones. ¡De nuevo enhorabuena por vuestra acción evangelizadora! Unidos en la oración”.