Un libro precioso que ayuda a entender el conflicto de Israel y Palestina, contándonos el mismo desde el principio y, sobre todo, desde dentro y a través de historias que bien podrían ser reales.
Reconozco que nunca me había enterado bien del conflicto árabe israelí. Siempre me había parecido un tema histórico interesantísimo, pero con una cantidad ingente de datos políticos, religiosos y étnicos que podemos encontrar en internet, y que lo hacían aún más rollo a mi modo de ver. Sin embargo, Julia Navarro cuenta aquí el conflicto en toda su dimensión a través de la historia de dos vecinos, un judío y un musulmán, a lo largo de los años y las generaciones.
Es la historia de entrelazada de dos familias, los Zucker y los Ziad. Samuel Zucker es expulsado de Rusia por su condición judía a finales del siglo XIX y viaja hasta Tierra Santa, donde comienza una nueva vida en la que será personaje principal Ahmed, su vecino y a quien le debe mucho. Entre ellos surge una amistad preciosa que se mantiene viva a lo largo de los años y a pesar de los conflictos.
Y así, a través de la trama de sus numerosos personajes, uno se va adentrando en los entresijos de la historia y del conflicto, pudiendo observar las grandes virtudes de unos y de otros, y los prejuicios de los hombres ante aquellos que son diferentes. Una historia llena de valores que son comunes a las tres grandes religiones, entre el que destaca especialmente el valor grandioso de la amistad a pesar de las diferencias y que sin embargo, difícilmente logrará vencer a las circunstancias. Genial reivindicación de la autora de que por encima de las patrias están las personas.
Es un libro largo y a veces denso, que sin duda merece la pena leer.