Espero que todos conozcáis a la familia Postigo Pich, la familia más grande de Europa. Esta frase no es una simple expresión, es su historia la que les define. Aunque creo que no somos nosotros los que tenemos que contarla, sino ellos.
Todos los días la madre de los Postigo Pich nos cuenta a través de las redes sociales el camino diario de 18 en casa. (Instagram, Facebook y Youtube. Ediciones Palabras).
Nos han contado como se conocieron, la generosidad inmensa de tener tantos hijos sin poner límite y dejando a la naturaleza actuar por si sola, como ver el lado positivo de ser tantos en casa y encontrar la diversión, como afrontar las batallas y luchas, como ser una familia unida y ayudar y sobretodo cómo en todo el camino apoyarse y tener fe en Dios.
Los Postigo Pich nos enseñan cada día una lección de vida. A los padres les enseñan a amar al otro por encima de todo, en la salud, en la enfermedad, en las alegrías y en las tristezas y a serle fiel al esposo, a volver a casa con una sonrisa después del trabajo, a educar a los hijos
para que se hagan fuertes, a saber decir que no cuando uno se pone caprichoso, a saber disfrutar y vivir en familia, haciendo planes juntos, a ser felices con los hijos y sacar de cada acontecimiento y cada uno lo mejor.
Los hijos nos enseñan a luchar por la familia como pilar esencial en la vida de uno, a saber convivir con caracteres diferentes al propio, a pedir perdón cuando lo hacemos mal y volver a levantarnos de nuevo y a mirar por el otro antes que por uno mismo.
Pero los 20 nos habéis enseñado a saber valorar la vida y todo lo bueno que se puede hacer de ella, con fe como requisito principal y alegría como condimento indispensable. Esa fe, una de vuestras herramientas, que no solo nos enseñáis con la vida, sino también con la muerte.
Hace unos años la mayor de los 18, Carmina, sube al Cielo, porque sabe que hace más por vosotros desde arriba. Con ella estan la pequeña Montserrat y Javi. Y desde entonces no os han dejado de abrazaros y sentaros con vosotros en la mesa redonda de vuestro hogar.
Además, desde hoy en el Cielo les acompaña Chema, su padre, el padre de los 18, el esposo de Rosa. Chema ya ha terminado su misión en la tierra. A formado una familia con Rosa que no sólo ha dado padres a 18 hijos, sino que han sido padres de todos. Y ahora su misión continúa desde el Cielo, y sumar fuerzas con los otros tres.
Hoy quedan mamá Pich y 15 vidas que hoy el mundo necesitan más que nunca. Necesitamos que nos enseñéis a aceptar los caminos de Dios. Queremos saber como hacerlo. A seguir como hasta ahora nos habéis enseñado, cerca de Dios, unidos, alegres, sabiendo que esta vida no es la verdadera sino un simple paso para llegar a la Eterna. Juntos, mirando por nuestro hermano, el de la habitación de al lado, el de la cama de abajo, por la que me quita la ropa o las pinturas, por ellos, por vuestra madre, y porque el mundo necesita personas y familias como la vuestra. Os pedimos que nos sigáis enseñando como afrontar las fuertes batallas de la vida.
Gracias Chema y Rosa porque con vuestro cariño no sólo habéis formado una familia de 20 sino que toda una humanidad os siente de su familia.