Seguramente todos tenemos a alguien en nuestra vida que es cabezón como él solo; el típico tío al que se le mete una cosa en la cabeza y no hay manera de sacársela, aunque esté equivocado. Le puedes decir lo que sea… que él no va a salir de su razonamiento o desrazonamiento…
No pienses: “Bahhh, yo no soy así”… porque a ti y a mí, ¡a todo el mundo!, nos puede pasar lo mismo. Me explico. Vivimos en el mundo del constante ajetreo. Vamos de aquí para allá, tenemos mil líos, hacemos mil planes con los amigos, con la novia, con la familia. Por ello, muchas veces, entramos en un bucle: en una especie de túnel en el que ni tan siquiera vemos la salida, en el que cada día es igual y en el que hacemos de todo menos plantearnos y cuestionarnos las cosas.
Nos movemos y hacemos cosas sin saber muy bien por qué las hacemos, e incluso prefiriendo no planteárnoslo. El problema está en que cuando dejamos de hacernos preguntas, cuando perdemos esa curiosidad por saber, cuando dejamos de cuestionar las cosas y funcionamos en modo piloto automático, es entonces cuando empezamos a aceptarlo todo pasivamente y dejamos de ser nosotros mismos.
¡Párate!, piensa las cosas, piensa qué estás haciendo con tu vida y por qué lo estás haciendo. Piensa si donde estás, lo que haces, cómo actúas, cómo eres… sale de ti mismo o más bien es por un dejarse llevar. Métete en líos pero no te líes. Haz mil cosas, pero piensa por qué las haces.
Los niños siempre están preguntando el porqué de las cosas que ven, tienen curiosidad. Nosotros podemos haber perdido ese afán, esa curiosidad… por eso yo te propongo ahora que recuperes esa inocencia del niño, que seas como un niño que no sabe nada y se lo pregunta todo. Plantéate las cosas, en cierta medida rompe con lo establecido y toma las riendas de tu propia vida. Que lo que hagas no sea por ningún tipo de presión externa, sea de quien sea, sino que sea algo que salga de ti, que sea una decisión tuya.
Ten siempre presente que cada pregunta es una puerta abierta, o un muro que se derrumba y que te permite ver más allá, ir más allá, ser mejor persona, ser tú mismo.