Últimamente hay una reflexión que no se me va de la cocorota… Es en torno a la existencia de Dios.
Básicamente veo 3 posturas:
1. No creer.
2. Creer pero no practicar.
3. Creer e intentar practicar.
Respecto a la primera y la tercera me parecen coherentes, aunque creo que una es mucho más razonable. Sin embargo, en relación a la segunda postura tengo un serio problema de comprensión que expongo a continuación:
¿Cuál es la perspectiva de un creyente no practicante respecto a Dios?
El universo es de una complejidad que se te va la olla. No hace falta darse cuenta de su inmensidad para ser consciente de ello, con analizar un simple mosquito es suficiente. La complejidad de cualquier ser vivo es más que asombrosa. Basta una pequeña reflexión para darse cuenta de lo extraordinario que es el mundo. La verdad es que el lenguaje es insuficiente para describir la maravilla de la vida. Por tanto, si existe un Dios creador debe ser Todopoderoso, de una inteligencia incomprensible para nosotros. De lo contrario, no hubiera sido capaz de crearlo.
Entonces, teniendo en cuenta este razonamiento, ¿qué cree un no practicante?: ¿cree que Dios se ha olvidado de nosotros?, ¿cree que le damos igual?, ¿cree que nos creó como una simple diversión?, ¿cree que Dios no dio un sentido a su creación?, ¿cree que lleva desde la eternidad pegándose una siesta Todopoderosa? Sinceramente, me parece muy poco razonable.
Y al fin y al cabo, las implicaciones respecto al modo de vida de un no practicante en relación a Dios son pocas o ninguna. Así que inevitablemente acaba haciendo vida de ateo. Y al final, siendo realistas, no existe ninguna diferencia entre el planteamiento de vida de ambos.
Por ello, creo que vale la pena empeñarse en intentar encontrar la Verdad de nuestra existencia. Seguramente sea el esfuerzo más prioritario. Pienso que es absolutamente indispensable intentar responder a las únicas y grandes cuestiones realmente importantes que afectan a nuestra intimidad más profunda. Es necesario que cada uno de nosotros tengamos esa búsqueda. Y no parar hasta llegar al fin último.
¡No te canses jamás de buscar! ¡Será el esfuerzo más valioso de toda tu vida!
Además, tenemos la gran suerte de contar con la ayuda de una infinidad de personas que ya han recorrido este mismo camino con las mismas dudas. Y para más inri, una multitud de ellos han dejado escritas sus experiencias como G.K. Chesterton, San Agustín, C.S. Lewis, Edith Stein (por enumerar algunos conocidos)…
Alex Bachs de Lacoma