No sé si habéis tenido la oportunidad de ver la película Cristiada, pero sin duda este es el mejor momento para hacerlo. Y ¿por qué? Pues porque hace una semana el Papa Francisco canonizó a José Sánchez del Río, ese niño morenito que grita constantemente en la película: ¡viva Cristo Rey!
Es un PELICULÓN con todas las de la ley porque es capaz de transmitir la fuerza de los ideales, bueno, más que de los ideales, de la persona de Cristo. Pero no es el típico largometraje de la vida de un santo, no, sino que la película, a través de la historia mexicana, muestra la vida de un niño que solo tenía como objetivo ir al Cielo y defender como fuera la Realeza de Cristo. Es, de hecho, un personaje más de la película, no es su centro ni su protagonista.
Toda la peli gira entorno a la necesidad de demostrar a México que Cristo es parte del país, que los mexicanos son católicos, viven para Cristo y por Cristo, y que eso nadie se lo podrá arrebatar. Muestra cómo hay que saber defender lo que se cree, que hay que tener fe, esperanza y coraje. Y yo… ¿soy capaz de defender lo que creo? ¿Sabría decir que sí hasta el final?
Todas estas virtudes se ven reflejadas en José Sánchez del Río porque aunque no tuviera la edad para luchar con los Cristeros (los soldados que defendían la Realeza de Cristo y la libertad religiosa en México), él quería formar parte de ellos, quería también tener la oportunidad de demostrar su fidelidad al Señor. De hecho, hay un momento en que dice: «Mamá, nunca había sido tan fácil ganarse el Cielo como ahora, y no quiero perder la ocasión». Con frases como estas, ¿qué vas a hacer? Solo se me plantean preguntas como: ¿Tengo yo tan clara mi meta? ¿Deseo y atesoro para el Cielo tanto como Joselito?
Vale la pena ver la película porque conjuga la historia con esa capacidad y deber que tenemos todos de defender lo que creemos, de ser fieles hasta el final, de ver como nosotros también podemos cambiar la historia, que nosotros también tenemos cosas que decir. Y ¿qué mejor manera de cambiar la historia que proclamando: ¡VIVA CRISTO REY!? Gracias José Sánchez del Río por mostrarnos que se puede ser fiel hasta el final. Ahora nos toca a nosotros.