JMJ – El señor te busca como eres

Catequesis

Sí, el Señor te busca a ti y a mí como buscó a Zaqueo. Así nos lo transmitió ayer el Papa al comienzo de su homilía en la JMJ.

No somos peores que Zaqueo, el jefe de los recaudadores de impuestos que asfixiaban al pueblo para engrandecer al ocupante imperio romano. Tú y yo tenemos nuestros defectos, en ocasiones muchos, graves y llamativos, pero el Señor nos busca y nos quiere con ellos, Su Amor y Misericordia nos llaman porque son capaces de transformar nuestras vidas, por miserables y alejadas que a veces pensemos que son y están de Él.

Nos dice el Evangelio que Zaqueo era bajo, y que por ello no podía llegar a ver a Jesús. Nosotros a veces también nos creemos bajos espiritualmente: indignos, pecadores, muy poca cosa ante un Dios Omnipotente y Creador. Esto no es sino la tentación de la baja autoestima y la falta de fe, el no creer que ese Dios Todopoderoso es, primero, Padre Misericordioso y que como con el hijo pródigo, sale constantemente a nuestro encuentro.

A Él no le importa lo que somos, lo que podríamos considerar nuestra «baja estatura» sino nuestras ganas y nuestra lucha diaria por mejorar. No le importan tanto nuestras caídas sino que le duele el que prefiramos quedarnos en el suelo a levantarnos y seguir la lucha. Somos hijos de este Padre Amoroso y «no reconocer esa dignidad es como darse la vuelta cuando Dios quiere fijar sus ojos en mí; significa querer impedir que se cumpla Su sueño en mí».

Algo que nos ayudará en este camino es saber que Dios «nos ama más de lo que nosotros nos amamos, que cree en nosotros y está siempre de nuestro lado como el más acérrimo hincha». Él espera en nosotros, aún cuando nos encerramos en nuestras tristezas y hacemos que Su camino desaparezca ante nuestra mirada. Él siempre está ahí porque somos sus hijos amados.

«Recordemos esto al comienzo de cada día. Nos hará bien decir todas las mañanas en la oración: <Señor te doy gracias porque me amas, haz que me enamore de mi vida>. No de mis defectos, que hay que corregir, sino de la vida que es un gran regalo: es el tiempo para amar y ser amado».

Homilia completa en: https://t.co/MzQfgxbe0v