Hay entradas en las que reconozco y pido perdón, porque tal vez se me vaya un poco la pinza y pueda dar alguna vuelta… pero en esta voy al grano desde ya: ¡a ti, joven como yo, te pido por favor que optes por la santidad! De verdad, la santidad no está pasada de moda, y para nada es imposible de alcanzar, porque los imposibles con Dios se vuelven posibles.
Tengas más o menos fe, reces más o menos… no te preocupes, es suficiente con tu voluntad de serlo.
San Maximiliano Kolbe (si no lo conoces, te diré que es un santazo de aupa), les decía a algunos hermanos franciscanos, los cuales se deprimían por no sentir todo lo que les gustaría a Dios o tal vez no lo veían actuar mucho en su vida, que no se preocupasen, que tuviesen clara su voluntad de amar y querer ser santos.
A ti te digo lo mismo, ten clara tu voluntad (mira como te encuentras en la vida ahora: estudiando, trabajando, con novia/o, apunto de casarte, ordenarte sacerdote, pensando en ser religiosa… te encuentres como te encuentres y tomes el camino que tomés, opta por la santidad -hacer en cada momento lo que haya que hacer-).
Para ser santos, primero hay que querer serlo. ¡El ser santo no es imposible! es hacer con ayuda de Dios lo ordinario, extraordinario.