Conocemos la importancia de la Teología de San Pablo que viene, esencialmente, recogida en sus cartas. La mayoría de ellas están escritas a las diferentes comunidades cristianas, sin embargo hay una que es una carta personal. Es la carta escrita a su amigo Timoteo y en ella el apóstol de los gentiles le cuenta que Jesús le ha conquistado porque ha salido a su encuentro llamándole al ministerio aún siendo indigno de él (1 Tim, 1, 12-15).
No es el primer caso. Al revés, podemos afirmar que, como ocurre con San Pablo, San Francisco o Pascal, detrás de una conversión lo que hay es un encuentro vivo con el Dios viviente, con el hermoso rostro de Jesús que pide ser contemplado. San Francisco, como ocurrió con Santa Teresa, contempla y escucha al Crucificado y entonces siente la necesidad de responder al Amor con el Amor.
Detrás de una gran amistad hay un rostro. Espero que descubras el rostro del verdadero amor que no se ha escondido sino que sin parar te esta buscando.