El pasado sábado a las 16.30 horas, el Papa Francisco volvió a llamar al convento de clausura de San José de las Carmelitas Descalzas de Lucena, en Córdoba (España).
En la conversación mostró su “cariño y cercanía” y envió un “recuerdo afectuoso” al pueblo de Lucena a través de las Madres Carmelitas descalzas. También pidió a las Carmelitas que transmitieran sus palabras los sacerdotes de la localidad para que a su vez estos las difundieran en las eucaristías del fin de semana.
Se trata de la segunda llamada que el Papa realiza a esta comunidad de religiosas, después de la comunicación que mantuvieron el pasado 31 de enero. En ésta conversación el Papa pidió al pueblo de Lucena que “intenten ser buenos” y que “recen por él”.
El P. Iván Martín Tejada Hidalgo, capellán de las Carmelitas Descalzas, señaló al diario local LucenaHoy que las monjas le informaron de la noticia media hora después de la llamada. Seguidamente, hizo partícipe del diálogo al P. David Aguilera Malagón, párroco de San Mateo Apóstol y vicario episcopal de la Campiña.
Con motivo de la primera conferencia, la priora de la congregación, Sor Adriana de Jesús Resucitado, explicó al diario local que en el convento viven tres hermanas argentinas que conocen al Papa desde hace 15 años cuando el Papa era Arzobispo de Buenos Aires. «Siempre llamaba pidiendo oraciones y se interesaba por nosotras, aunque nunca hubo un trato directo y personal», añadió la priora.
En aquella ocasión, el Papa Francisco insistió en trasladar su mensaje de «ánimo, esperanza y alegría». Sor Adriana ha manifestado su sorpresa por esta segunda llamada, ya que según declaró jamás pensaron que podría llamarlas una segunda vez, aunque precisa que le consta que el convento de Lucena «está en su corazón».
Las hermanas han calificado esta llamada como una «alegría inmensa».