Que fácil y rápido es actualmente poder hablar con quien queramos. Da igual en que país esté, si lejos o muy cerca, siempre podremos contactar con ellos, ya sea por medio del whatsapp vía email, por teléfono o skype. Las maneras dan igual con tal de que se cumpla la finalidad, poder charlar un rato.
Pero vamos a ver la otra cara de esta moneda. Haciendo mal uso de los medios, podríamos encerrarnos hasta acabar por no hablar con las personas sino con pantallas, la del ordenador…del móvil..El trato directo iría pasando a un segundo plano.El cara a cara pasaría a pantalla a pantalla.
¿Cuantas veces hemos estado al lado de un amigo y hemos pasado de hablar con el por estar pendientes de nuestro móvil, de si nos ha llegado un email nuevo, o un whatsapp o una notificación en Facebook? o ¿cuantas veces nos hemos encontrado a un conocido y hemos recurrido al “uf que pereza saludarle y hablar con el, voy a mirar el móvil para disimular y así no tengo que hacerlo…?
De esta manera lo único que estamos consiguiendo es perdernos las sorpresas de la vida y de una amistad. Cuando vamos andando por la calle cabizbajos mirando la pantalla de nuestro móvil nos estamos perdiendo lo que sucede a nuestro alrededor, el disfrutar de tu ciudad del buen día que hace, de la gente…
Con Dios nos puede pasar lo mismo. Dios esta siempre a nuestro lado, intentando hablar contigo, le interesa todo lo que tenga que ver contigo y que tu le vayas a contar. Él esta preparado para el dialogo, pero si tu estas cabizbajo, pendiente del móvil y disimulando por pereza o con los cascos puestos las 24h del día para evitarle, será muy difícil poder entablar una conversación con nadie.
Somos nosotros los que no dejamos que Dios nos hable, somos nosotros los que nos ponemos cascos, disimulamos, llenamos nuestro tiempo con cosas que hacen ruido, mucho ruido,para no tener que hablar…porque que pereza…Para poder hablar se necesita silencio.
Es que ¡Dios a mi no me dice nada, nunca le oigo!Dicen algunos. Lógico, no has buscado ni un minuto de silencio en tu día, ¿cómo vas a oirlo?. Dios no utiliza megáfonos ni te grita al oído porque no quiere obligarte a que le escuches, no quiere obligarte a que hables con el, solo quiere que libremente decidas hacerlo, porque quieres.
Asique ¿por qué no buscamos un momento en el día, para dejar el móvil, el ordenador, la play station e ir a darnos un paseo?, ¿solos? sí solos, no pasa nada, todas las personas necesitan un tiempo para pensar como va su vida, que objetivos quiere cumplir, como solucionar ciertos problemas…etc, pues una vez consigas buscar ese rato, d un paso mas, mete en esas reflexiones tuyas a ÉL, y así dejara de ser un monólogo interior para ser un diálogo de amor entre tú y tu padre DIOS y ya veras como te habla!.