Esta semana se ha celebrado el funeral por José y Belén, los jóvenes fallecidos en la tragedia del ascensor.
La prima de José, junto a otros compañeros, pusieron música a un poema anónimo que le llegó a María, la madre de José.
Escogieron una melodía de «Taburete» un grupo de moda entre los jóvenes, que tanto le gustaba a José. Y cantaron como los ángeles:
Me tengo que ir, me llaman de arriba, es muy difícil lo se, mejor que sea breve.
No intentéis entenderlo, no dolerá menos.
Me tengo que ir, llevo compañía, no voy sólo, me voy con quien quiero, y ya volamos juntos directos al cielo.
No lo entenderéis pero llego ya mi hora, me reclaman para que desde arriba os guarde.
Aunque me voy dentro de vuestro corazón allí me quedo.
Y ya verás mamá la que voy a liar no habrá ni un alma aquí no pendiente de ti.
Me pide Dios que nunca dejéis de rezar que inmensa fuerza y paz os va a llegar.
Me tengo que ir… mamá para ayudarte a cuidarte, papá y los hermanos, todo momento me sentiréis a vuestro lado.
Estaré ahí aunque cueste dormir estaré en vuestro pensamiento siempre en vosotros y me llevareis dentro y os daré la mano.
Y al amanecer aunque no despertaré, habré pasado la noche en tu regazo Mamá,
cuidando de ti, de papá y los hermanos, velando vuestro descanso.
Y ya verás papá, la que voy a montar, no habrá ni un alma aquí no pendiente de ti, me pide Dios que nunca dejéis de rezar que inmensa fuerza pa’ tos os va a llegar.
Ya os espero y estoy bien acompañado de la persona que quiero, me tengo que ir, junto a ella os espero.