Génesis 1:27:” Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra”.

Y fueron 7 días, en una semana Dios creó la Tierra, las bestias que en ella habitan, creó las plantas y las piedras, los pájaros y los mamíferos que corretean por ellas, creó los mares y los océanos poblándolos de diversas criaturas que llamamos peces. Y se reservó el sexto día para algo especial, después de crear el Paraíso y el mejor hábitat capaz de imaginar, el Jardín del Edén…del polvo moldeó al hombre. Y Dios dando un soplo en su nariz, dio vida al hombre que llamaría Adán, dio un soplo… fuente de vida, un soplo que cumplía su deseo de crear al hombre a imagen y semejanza suya, criatura que disfrutaría de toda su obra. Pero es aquí cuando Dios se dio cuenta que Adán necesitaba de la mejor compañía en su Paraíso, y es de la costilla del hombre donde sale la  mujer, Eva. La primera mujer con el primer hombre, en fin, el ser humano creado a imagen y semejanza de Dios, un ser racional, simbólico y no solo instintivo como el resto de sus criaturas. El ser humano creado por amor y que debe el mismo amor a su creador.

Uno de los pilares de la Iglesia se basa en esto mismo, en la creación del ser humano como criatura excelsa de su obra. El ser humano cobra sentido desde esta perspectiva porque se aleja de un ser carente de raciocinio, es un ser lleno en su plenitud de dignidad debida a la primer máxima característica que tanto repetiremos…creado a  su imagen y semejanza…¿Qué nos aporta la dignidad? Pues bien, hay tantos y tantos delicados temas sociales que deben ser resueltos desde esta posición en la cual, por naturaleza, por creación desde Adán y Eva, el ser humano debe ser tratado como ser digno y racional…Nuestra Iglesia, una Iglesia que nos explica y analiza la creación por las figuras de Adán y Eva, remarcándonos fielmente que debemos respetar ante cualquier causa o precedente, la dignidad del hombre porque sin este respeto, abandonamos nuestra posición de seres últimos de Dios.

Y recordar siempre, que Dios nos creó como seres sociales, criaturas que necesitan relacionarse, creando lazos fuertes interpersonales, formando familias ricas de amor y respeto…nos dio la Iglesia, la familia más grande, con un común característico, el amor por Dios. La Iglesia siente especial debilidad por los pobres, pobres en muchos sentidos, no solo en el económico…nos muestra así todo lo anteriormente explicado, nos muestra el respeto por la dignidad de todo ser humano por naturaleza, y nos da la lección de que hay que acoger a todos, proteger el deseo de un ser a imagen y semejanza…la Iglesia, ejemplo del amor de Dios.